29 jun 2012

Expresión de Emociones


Los líderes, más que otras personas, deben saber sintonizar con los que trabajan y manejar las emociones y las relaciones interpersonales, muchas veces articulando un sentimiento colectivo no expresado, de modo de guiar a un grupo hacia sus objetivos.

Hasta ahora hemos analizado la importancia que tiene ser fiel a lo que uno es; también el papel que las demás personas juegan en este proceso de descubrimiento, y la responsabilidad que nos cabe en reconocer lo que otros son, a través de la empatía.

En esta clase abordaremos otro componente de la inteligencia emocional: el manejo de las emociones. Veremos que el aprender a expresarlas en forma adecuada tiene un incidencia importante en las relaciones interpersonales y, por lo mismo, es una gran responsabilidad de los que dirigen a otros, ya que sus estados de ánimo contagiarán inevitablemente al resto de la organización.

1- Las Emociones

Los líderes en todo el mundo se están percatando de que en algunos casos el prestar atención a los sentimientos ayuda a ahorrar tiempo, y permite aprovechar más oportunidades y concentrar la energía en la consecución de mejores resultados.

Una de las consecuencias perniciosas que sufren los directores a raíz de la incesante demanda de su tiempo es que tienden a confiar casi exclusivamente en el mundo de los hechos y de la razón. Los sentimientos les parecen un fenómeno incontrolable.

Sin embargo, los investigadores han demostrado que la confianza, la lealtad, la dedicación y muchos otros factores fundamentales que impulsan la productividad e innovación, así como los logros personales, de equipos y organizaciones pueden atribuirse a los sentimientos correctamente controlados.

Lo líderes deben saber expresar e interpretar emociones.


Los sentimientos nos suministran, a cada instante, durante todo el día, datos potencialmente aprovechables. Pero no basta con tener los sentimientos. Es necesario saber reconocerlos y apreciarlos, tanto en uno mismo como en los demás, así como reaccionar a ellos correctamente.

Las personas que saben hacerlo utilizan la inteligencia emocional, que es la capacidad de sentir, entender y aplicar eficientemente el poder de aquel cúmulo de emociones del cual proviene parte de la fuerza e influencia que tiene el líder sobre los demás.


¿Qué son?

Las emociones son reacciones internas fisiológicas frente a nuestras experiencias. Son las corrientes de energía que surgen en nuestro interior –frente a los estímulos del ambiente- y orientan nuestras percepciones y conductas. Luego, esta energía fluye hacia el exterior y afecta a los demás. Uno a veces se pone a temblar, transpirar, se llena de energía o se pone a llorar. Todos estos son signos externos de algo que ocurre internamente, las emociones. La tristeza o la rabia son internas, pero externamente tienen algunos signos, por ejemplo, se puede llorar o fruncir el ceño.

Se han identificado seis emociones básicas: alegría, enojo, tristeza, miedo, erotismo y ternura. Según Susana Bloch, se consideran básicas porque son invariantes del comportamiento, presentes en el ser humano y animal en etapas muy tempranas del desarrollo.

El conjunto de respuestas corporales asociadas a estas emociones básicas cumplen funciones de adaptación y supervivencia, como por ejemplo, enfrentar el peligro (miedo), perseguir a un competidor (rabia), proteger a una cría (ternura), etc.

Estas reacciones emocionales por lo general se traducen en conductas como reír, llorar, gritar, hacer cariño, etc. A veces estas emociones se pueden transformar en estados de ánimo que se mantienen en el tiempo –ya no vinculadas a un estímulo- como se puede apreciar cuando de la tristeza se pasa a un estado depresivo.


CASO

Cinco Años atrás estaba en una reunión con un ejecutivo de una empresa internacional quien me confidencio “yo puedo manejar la mayoría de las quejas, pero si quien reclama me hacer ver que yo soy el problema, me pongo a la defensiva, siento mi pecho arder y ponerse rojo. Afortunadamente estoy usando una camisa, así nadie puede darse cuenta”. Desde entonces me he preguntado acerca de la variedad de reacciones emocionales que pueden surgir en las personas.




2- Las Distintas Formas de Expresión

Se llevó a cabo un estudio para conocer más acerca de la expresión de emociones en distintas personas (TalentSmart).

Este estudio tomó una muestra de 89 profesionales de ventas de todo el mundo, los que se encontraban reunidos en una convención anual en Florida. A todos ellos se les pregunto: “¿Qué les pasa cuando las emociones los invaden?

Las reacciones fueron básicamente de dos tipos: físicas y conductuales.

Los resultados muestran que leer en forma precisa las reacciones emocionales de otras personas es mucho más complicado de lo que pensamos.

Los profesionales de ventas se comportan de tres maneras cuando sus emociones los invaden: se aceleran o hablan más alto (52% de las reacciones conductuales), se calman (18%) o bien se sienten distraídos (39%). Mientras un vendedor se pone a hablar más rápido, otro se queda mudo y a otro se le puede nublar el pensamiento.

Esto nos india que interpretar lo que un colaborador siente en el trabajo puede requerir más que buscar aquellas conductas y señales con las que estamos familiarizados. ¿Por qué?

Porque bajo alteraciones emocionales similares, su conducta probablemente será muy diferente de aquella que tendría la persona al lado suyo.

Tomar conciencia e las emociones ajenas requiere de ciertas estrategias.

Las emociones nos afectan de muchas maneras diferentes, aun en un mismo grupo de empleados o dentro de un mismo departamento una organización.

Uno debe reconocer que si a uno de sus colegas le tiemblan las manos, esta persona está tan afectada como aquella que se pasea y sube el tono de voz.

Para desarrollar esta conciencia social se requiere de un cierto grado de sofisticación que pocos traen a su lugar de trabajo. Entonces, ¿cómo podemos hacerlo para leer mejor la variedad de claves conductuales y físicas?

Hay tres estrategias esenciales:
1-     Prestar atención (observar los síntomas y conductas visibles)
2-     Preguntar (¿qué es lo que sientes?)
3-     Recordar lo que uno observa en el tiempo (la última vez que vi a mi jefe pasearse así, estaba nervioso por las reducciones en el presupuesto)

Sabemos lo importante que es ser capaz de identificar y reconocer las claves emocionales de otras personas. Es crítico para comprender lo que realmente está pasando antes de emitir juicios o actuar a partir de nuestras suposiciones.

Como las claves emocionales de una persona a otra pueden ser muy diferentes, la mejor manera de saber cuán acertado es uno para leer las emociones, es preguntar a las personas con que se trabaja. Concretamente, ir a la fuente y aprender si lo está haciendo bien. Una vez que lo pruebe, sus colaboradores apreciarán su competencia social.


Cambiarlas

¿Cómo podemos cambiar la expresión de nuestras emociones?

Una vez que tomamos conciencia de lo que les ocurre a los demás, nos queda aún desarrollar la capacidad para expresar en forma adecuada nuestras propias emociones frente a esta situación.

Cuando nos relacionamos con otros, nos informamos a través de los sentidos, interpretamos, sentimos y tenemos intención de expresión, todo al mismo tiempo. Todo sucede antes de emitir una palabra. Por lo mismo, si uno quisiera tomar conciencia y cambiar algo de esta secuencia, debería tratar de hacer más lento el proceso. 

Se puede afirmar que la única posibilidad de cambio en el manejo de las emociones se encuentra en la interpretación de la situación. Al cambiar la interpretación, se puede modificar la emoción. Esto no significa que sea fácil cambiar sus sentimientos. La mayoría de las personas lleva a cabo sus interpretaciones en forma tan automática que parece difícil cambiarlas.

En el proceso de tomar conciencia de nuestros sentimientos es importante el decidir sobre los motivos que existen para expresar los mismos: vale decir, las metas que se tiene para expresar estos sentimientos.

Hemos visto que hay diversas intenciones de conducta, que pueden surgir a partir de la experiencia emocional. Por lo mismo, se puede apreciar que el resultado, fruto de estas intenciones, será muy distinto en cada caso.

Una vez que se ha decidido cómo expresar las emociones, el próximo paso es la acción. Es decir, se dice o se actúa,; por ejemplo, se sonríe , se arranca o se llora.



Cuando se Omiten

Todas las emociones son necesarias, debemos aprender a mezclarlas como los colores de una acuarela. La clave frente a emociones negativas es ¡expresarlas! Si se mantienen en el organismo son dañinas.

Si alguien le topa su auto, usted puede decirse a si mismo: “No voy a humillarme discutiendo con él…” o “Prefiero morderme la lengua para no pelear” o “Sentí unos deseos terribles de gritarle….”

Esconder emociones produce un gasto inútil de energía. Todas son importantes: la rabia nos permite defendernos, afirmando nuestra personalidad; el miedo es una señal de peligro.

Por otro lado, todas las personas experimentan emociones, o es una debilidad que tengan sólo algunos. Dejemos de hacernos los sobrehumanos: “No, no se preocupe. Yo no me enojo nunca”. “No voy a discutir con usted…”.

Precisamente, una de las mayores dificultades para construir y mantener relaciones interpersonales saludables es la expresión de emociones.

Cuando las emociones no se expresan surgen distintas dificultades:
-       Conflictos y barreras que deterioran la relación.
-       Error en el diagnóstico y resolución de los problemas en una relación. Existe una creencia irracional que considera que el ser racional, lógico y objetivo significa suprimir o ignorar las emociones. En realidad, ocurre todo lo contrario. Para resolver en forma efectiva los problemas de relación, se necesita toda la información relevante que un pueda tener incluidas las emociones.
-       Percepción selectiva que impida ver las variables relevantes. Por ejemplo, si uno niega la rabia que tiene, puede que perciba todas las acciones de los demás como una amenaza e ignore todos los acercamientos amistosos. Las emociones que no se reconocen aumentan los puntos ciegos.
-       Juicios sesgados. Por ejemplo, es común que las personas no acepten una buena idea sólo porque la sugirió alguien que no quieren o, por el contrario, pueden aceptar malas ideas provenientes de personas que les agradan.



Texto Guía: Inteligencia Emocional en el Liderazgo, Nureya Abarca, El Mercurio / Aguilar.

Fuente: Curso: Inteligencia Emocional para el Liderazgo Efectivo, 31-08-2008, clase 06 de 10.

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