17 oct 2012

El Conflicto. Su manejo.


El conflicto es un motor del cambio: enciende la creatividad, estimula la innovación y fomenta el desarrollo personal.

1- Ambivalencia frente al conflicto

El conflicto interpersonal es una parte esencial y está siempre presente en la vida de las organizaciones. Una de las principales causas de fracaso en los negocios es que entre los altos directivos de la empresa exista demasiado acuerdo. Muchas veces sucede que estos directivos tiene entrenamiento y experiencias similares, lo cual significa que tienden a ver las cosas de la misma forma y a perseguir metas similares.

Las organizaciones en las que existen pocos desacuerdos en los asuntos importantes por lo general fracasan en ambientes competitivos.

La ausencia de desacuerdo a menuda es vista por los directivos como un signo de buen liderazgo, cuando en realidad el conflicto es el motor del cambio, enciende la creatividad, estimula la innovación y fomenta el desarrollo personal.

Según Andrew Gore, ex presidente de Intel: “… En Intel creemos que está en la esencia de la salud corporativa manifestar un problema en forma abierta tan pronto como sea posible, incluso si esto lleva a la confrontación. Enfrentar los conflictos es el corazón del manejo de todo negocio…”.

Sin embargo, hay pruebas también de que el conflicto muchas veces produce resultados dañinos. Por ejemplo, algunas personas tiene muy baja tolerancia para el desacuerdo por características personales, culturales o familiares.

Asimismo, algunos tipos de conflicto, sin importar la frecuencia, por lo general producen resultados disfuncionales.

A pesar de estas observaciones, el conflicto produce en las personas sentimientos encontrados. Maslow observó un alto grado de ambivalencia frente a él. Por un lado, los directivos aprecian racionalmente el valor del conflicto: están de acuerdo con que es un ingrediente necesario del sistema de libre mercado. Pero, por otro lado, sus acciones demuestran una preferencia por evitarlos siempre que sea posible. Se produce, entonces, una tensión entre la aceptación intelectual del conflicto y el rechazo emocional a éste.

Muchas veces esta ambivalencia hacia el conflicto radica en la falta de entendimiento de las causas del conflicto y el desconocimiento de las formas para manejarlo, así como la falta de confianza en las habilidades personales para manejar un ambiente tenso y cargado emocionalmente.

Es natural que una persona sin entrenamiento evite las situaciones amenazantes. En general, hay acurdo en que el conflicto representa una de las pruebas más difíciles en las habilidades interpersonales de un directivo.


2- El conflicto

Todo conflicto es fundamentalmente contradicción, discrepancia, incompatibilidad, antagonismo.

Los interpersonales, constituyen un aspecto natural e inevitable de la vida.

El origen de estos conflictos interpersonales se produce en las diferencias entre los individuos. Cuando las personas trabajan juntas para lograr metas comunes o participan en la división del trabajo o tienen roles complementarios tales como “jefe-subordinado”, “profesor-alumno”, y dependen de los recursos de cada uno, es muy probable que surja una tormenta

Las personas son interdependientes: cuando se relacionan, lo que cada uno hace influye en lo que hace el otro. Pero al mismo tiempo, cada persona tiene diferentes perspectivas, metas y necesidades. La combinación de interdependencia, junto con la diferencia de perspectivas, hace que sea inevitable el conflicto.

Para comprender los conflictos de intereses es importante entender lo que son las necesidades, deseos, metas e intereses. En base a las necesidades y deseos fijamos nuestras metas. Una meta es un estado ideal por el cual trabajamos para alcanzarlo.

Ocurre que las metas de distintas personas son interdependientes, y se puede dar que estas metas sean de interés común o que se opongan.

Hay veces en que los intereses, que son los beneficios potenciales que se logran al alcanzar las metas, no son congruentes, y otras veces, están en conflicto.

Existe conflicto de intereses cuando las acciones de una persona para intentar alcanzar sus metas impiden, bloquean o interfieren con las acciones de otra persona que también trata de alcanzar sus metas.

Pese a la ansiedad que generan los conflictos, no se justifica la connotación negativa que suele acompañar al concepto, porque conflicto es asimilable a movilidad, avance, motor de conductas nuevas.

Si no surgieran obstáculos en el camino hacia objetivos-meta, no se inventarían procedimientos originales para alcanzarlos.

Cuando las metas son comunes se puede entablar una relación de colaboración, pero cuando éstas se oponen se genera una relación de competencia.

Para que los conflictos promuevan el crecimiento y abran, de manera creativa, vías imaginativas de acción, el sujeto no ha de escudarse en defensas rígidas, sino disponerse a enfrentar en forma abierta y flexible sus crisis.

Es común que los conflictos, al ser enfrentados por agrupaciones humanas, hagan nacer en cada una de las partes una cohesión grupal que algunos autores consideran entre los  beneficios de los conflictos.

Cuando se trata de una comunidad, por ejemplo, suelen crearse lazos de solidaridad y de colaboración entre sectores antiguamente hostiles entre si.

Otra fuente de conflicto proviene de la incompatibilidad de roles. A menuda, las diferencias personales que los miembros traen a las organizaciones permanecen como conflictos potenciales hasta que se les asigna responsabilidades interdependientes.

Una razón por la que las personas perciben que sus funciones son incompatibles se basa en las diferencias en la información. Un mensaje importante puede no recibirse, las intervenciones del jefe pueden ser malinterpretadas, o los encargos de tomar una decisión pueden llegar a conclusiones distintas debido a que usan otra base de datos.

Estos conflictos que radican en las diferencias personales y en la incompatibilidad de funciones se ven aumentados en gran medida por el estrés ambiental. Por ejemplo, cuando una organización es forzada a operar con un presupuesto bajo, es más probables que sus miembros se vean envueltos en discusiones sobre requerimientos de recursos y reivindicaciones de las áreas en competencia.

Si los objetivos fuesen considerados asequibles para todos no se daría el conflicto; las predisposiciones marcadamente competitivas influyen en que estas ocasiones nos e advierta o no se considere la posibilidad de compartir. La escasez tiende a disminuir la confianza y aumenta las probabilidades de incubar un conflicto.



3- El dolor emocional en las organizaciones

Cuando se pregunta en las organizaciones cuáles son las emociones más frecuentes en su lugar de trabajo, las personas contestan sin lugar a dudas: la rabia y el miedo. Como todos sabemos, estas dos emociones producen mucho dolor y no llevan precisamente a una mayor productividad.

Para algunos autores, lo que transforma el dolor en algo tóxico es la respuesta que habitualmente recibimos frente a situaciones conflictivas siempre presentes en las organizaciones.

Sin embargo, a pesar de lo común que son estas emociones dolorosas y los efectos negativos que tienen sobre las personas y los resultados, nadie quiere tocar estos temas. La discusión sobre las emociones y lo doloroso de algunos conflictos tiende a ser visto como “debilidad”.

Peter Frost, en “Toxic emotions at work”, describe el papel que juega la compasión en las organizaciones y la importancia que tiene saber manejar aquellas emociones tóxicas en el lugar de trabajo.

El origen de este ambiente en general proviene de directivos abusadores, políticas poco razonables de la empresa, colaboradores o clientes perturbados o cambios organizacionales mal manejados.

El costo de la frustración y la rabia de los empleados puede ser muy dañino. Cuando las personas piensan que han sido maltratadas (especialmente por sus supervisores) pueden hacer mucho daño –venganza, sabotaje, robos, vandalismo, rumores- tratando de “empatar” con la empresa.

Las emociones, siempre van a estar presente. Lo que hace la diferencia es la respuesta humana al dolor. Esto determinará que en algunos casos se transforme en una experiencia tóxica para todos lo que sea capaz de generar cambios saludables.

Una persona que se encuentra emocionalmente abusada por su jefe, o con amenazas de despido, o se ha enterado que tiene cáncer, se sentirá secuestrado por la emoción antes de tener la posibilidad de pensar y sin posibilidades de continuar con un trabajo creativo.

La falta de compasión, la incapacidad o falta de voluntad para empatizar con la petición de otro daña cualquier tipo de relación. Eso lleva a la desesperanza y desvincula a la persona de la comunidad. Por este motivo es que la respuesta de los demás es tan fundamental.

Por el contrario, cuando el dolor emocional es bien manejado, se observa la disposición a volver a situaciones que pueden ser dolorosas y se tiene la fuerza para enfrentarlas. En estas situaciones se puede tener sentimientos de satisfacción y orgullo, si uno sabe que el dolor es un precio necesario de pagar para obtener resultados mejores en el largo plazo.

Y cuando las emociones que son inevitables, como la frustración o desesperación, afloran, el líder del equipo necesita reconocer la necesidad de intervenir y tratar con el dolor adecuadamente.

Para Hallowell, el momento humano tiene dos prerrequisitos: la presencia física y la atención emocional e intelectual. El ser capaz de dar estos momentos de humanidad implica comprometerse con su tiempo y energía, a veces con cinco minutos de conversación puede bastar.

Todos podemos hacer este papel, pero los que se encuentran en mejor posición para extender estos momentos humanos son los líderes de una organización. Una respuesta compasiva de parte de un líder tiene un poder enorme, les señala a otros que sus esfuerzos, aun cuando fracasen, tendrán una respuesta de comprensión que los anime a seguir.

Texto Guía: Inteligencia Emocional en el Liderazgo, Nureya Abarca, El Mercurio / Aguilar.

Fuente: Curso: Inteligencia Emocional para el Liderazgo Efectivo, 14-09-2008, clase 08 de 10.

No hay comentarios:

Publicar un comentario